Tala ilegal: un asunto más complejo de lo que imagina

Un hombre malo, sin el permiso de las autoridades o de las comunidades locales, tala árboles para obtener grandes ganancias, causando de este modo un gran daño a las personas y al ambiente.

La mayoría de los habitantes urbanos, en particular, los occidentales, se forman imágenes estereotipadas de bosques quemados y decenas de orgullosos hombres, mujeres y niños indígenas junto a suntuosos animales que pierden sus hogares a causa de este hecho brutal.

La investigación ha demostrado que dentro del universo de la tala ilegal existen dos grandes grupos de personas: aquellos que viven en o cerca de los bosques y que talan árboles para mantener o mejorar su subsistencia, y aquellos que penetran en esos bosques sin la autorización requerida.

Entre estos grupos existe mucha interacción. A menudo, aquellas personas sin autorización compran la madera conseguida por el otro grupo. Es una cuestión de “pez flaco” versus “pez gordo” o de necesidad versus avaricia, donde el más grande explota al más pequeño en forma sistemática.

Aunque el sector de la tala ilegal se encuentre oculto debido a su propia naturaleza, un conocimiento más transparente, integral e interrelacionado del sector legal ayudaría a arrojar luz sobre los puntos oscuros que resulten de su evaluación, desde las zonas de producción hasta los mercados finales.

Precisamos cifras exactas acerca de los porcentajes y volúmenes de tala ilegal. Además, es necesario contar con estimaciones por sector, producto, especie, región y país, como también con estimaciones de todo el mercado maderero internacional.

Fuente: CIFOR