Reducir el desperdicio de alimentos probablemente ayudaría a reducir las emisiones peligrosas a la atmósfera y frenar el cambio climático, según los expertos. Más del 15 % de las emisiones procedentes de la agricultura podrían evitarse si gestionáramos mejor nuestro suministro de alimentos. Alrededor de 3.300 millones de toneladas de dióxido de carbono provienen de los residuos de alimentos.
Un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo nunca se consume. Se estropea durante el transporte de un día o en las tiendas. Los consumidores también tiran grandes cantidades de alimentos, ya que a menudo compran demasiadas cosas que no comen. Si bien la demanda de alimentos por persona ha permanecido igual en las últimas décadas, cada vez hay más alimentos disponibles.
Los países más ricos desperdician más alimentos que los más pobres. Según los expertos en agricultura, cada vez más alimentos se desperdician en las economías asiáticas en crecimiento, como India y China. A medida que la gente se hace más rica, también adoptan los hábitos alimenticios occidentales.
No sólo es importante desperdiciar menos alimentos, sino también llevarlos a los lugares donde se necesitan, donde la gente no tiene suficiente para comer o donde las condiciones de cultivo son malas.
Los jefes de gobierno y los ministros de agricultura de todo el mundo se han reunido recientemente para debatir las formas de reducir los residuos de alimentos. Actualmente, estamos produciendo un 20% más de alimentos de los que realmente necesitamos. Con tal excedente podríamos alimentar a otros 1.500 millones de personas. Por otro lado, más de 800 millones de personas sufren de desnutrición.
Otra sugerencia mencionada por los expertos en alimentos es reducir el consumo de carne. En los países más ricos se consume más carne, lo que produce más gases de efecto invernadero porque la producción de carne es más intensiva en energía.
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